Nada como las primeras veces. ¿Quién las olvida? Liberan el nerviosismo y refuerzan las convicciones de uno mismo. Leverkusen está grabado a fuego en las memorias del Xabi Alonso entrenador como su punto de partida en los banquillos de élite europea. Allí comenzó un exitoso recorrido que ha desembocado con su aterrizaje antes de tiempo en el Real Madrid. Allí se asentaron y consolidaron a un ritmo vertiginoso las bases de su forma de entrenar.
Aunque no fue exactamente en Leverkusen donde empezó todo. Su primera pretemporada con el equipo alemán, al que había llegado a mitad de la campaña pasada, se llevó a cabo en Saalfelden am Steinernen Meer, una localidad del oeste de Austria. Ahí se trazaron las líneas de un manual que llevó al Bayer a conquistar la Bundesliga de manera invicta, una Copa de Alemania y disputar la final de la Europa League contra la Atalanta, el único partido que dejaron de ganar aquella temporada.
Xabi Alonso abrió las puertas y pudimos comprobar sus primeras intenciones. El origen técnico del actual entrenador del Real Madrid. El tolosarra saltó al terreno de juego el último, lejos de los focos y las miradas. Ataviado con calcetines largos y sus clásicas Adidas Copa Mundial. El técnico era uno más de los entrenamientos. «Dos toques, dos toques», insistía a sus jugadores en repetidas ocasiones con el fin de jugar rápido y ser verticales.
«Push up», gritaba para que, en ausencia de la posesión, los suyos subieran la línea y presionaran coral e intensamente al rival para forzar un error en la salida de balón. Una de sus señas de identidad. El técnico es amante de la presión en campo contrario con dos líneas juntas y sin dejar espacios a la defensa rival. «Dos metros son muchos», repitió en más de una ocasión.
Un Xabi Alonso intervencionista y meticuloso
«Yo les ayudo, pero luego tienen que desarrollar la intuición necesaria para tomar decisiones por ellos mismos», nos contaba un didáctico Xabi Alonso. El tolosarra era y es un técnico intervencionista. Amigo de pausar, que no confundir con detener, las sesiones para pulir errores. E incluso se animaba a predicar con el ejemplo y realizar el ejercicio ante la atenta mirada de sus jugadores.
Por la cabeza de Xabi Alonso, padre del fútbol moderno, pasaba y pasa dominar todas las facetas del juego. Controlar el partido a través de la tenencia del balón, ser un equipo vertical, con ritmo, buena interpretación del juego, sólidos en defensa y precisos en ataque. Durante aquella pretemporada terminó de implantar su sistema de tres centrales, cuatro en el centro del campo siendo dos de ellos carrileros, dos interiores y un delantero.
Los dos carrileros son vitales para el correcto funcionamiento y han de ser de un perfil físico. Las transiciones pasarían en gran parte por ellos. Un 3-4-2-1 que choca con la historia táctica del Real Madrid, aunque hay que destacar que en su segunda temporada al frente del Leverkusen ha formado con defensa de cuatro en numerosos encuentros y algunos ante rivales de renombre como Bayern de Múnich, Borussia Dortmund y Atlético de Madrid.
Y dentro de ese uso de esquema con cuatro defensas, el que más ha empleado es el 4-2-3-1, con dos laterales menos centrados en unas labores ofensivas que ya realizan los dos extremos y dos futbolistas uniendo la defensa con el ataque. La variación táctica durante el partido es otra de las señas de identidad del Xabi Alonso entrenador. Muta a 4-2-4 para la salida de balón y 5-2-3 a la hora de defender.
Todo se originó durante la pretemporada de hace dos años en Saalfelden am Steinernen Meer, donde ya se le preguntaba por una posible llegada al Real Madrid. «Lo que tenga que venir en un futuro ya vendrá. Las cosas a su tiempo», nos respondía. Ya ha llegado la hora. El Mundial de Clubes será la primera prueba para Xabi Alonso al frente del equipo blanco.